Cuando se produce algo inesperado, los necios se sorprenden; los sabios, en cambio, no lo consideran extraño.
—Sabiduría de la antigua China
Todo es destino. Ahora bien, quien acepta el destino no se preocupa de la longevidad ni de la muerte prematura. Para quien acepta las leyes de la naturaleza ya no existe ni la verdad ni el error. Para quien se día de su corazón, ya no existe ni lo que es adverso ni lo que es favorable. Para quien confía en la naturaleza, ya no existe ni la seguridad ni el peligro.
—Lie Zi: Libro de la perfecta vacuidad
Cuando estamos enfermos, tenemos que cambiar nuestra manera de vivir. Está claro que la que seguíamos era perjudicial en algo, en gran parte o en todo.
—Hipócrates
Lo que una generación tiene por el más alto de los conocimientos es, a menudo, considerado como absurdo por la generación siguiente, y lo que en un siglo pasa por superstición, puede constituir la base de la ciencia un siglo después.
—Paracelso
La enfermedad es un drama en dos partes. La primera transcurre con las luces apagadas, en el silencio de nuestros tejidos. Cuando se presenta el dolor o cualquier otra molestia, normalmente ya estamos en la segunda parte.
—A. Salmanoff
La tragedia de la vida no es la muerte, sino lo que muere en nosotros mismos mientras vivimos.
—Norman Cousins
La ciencia no progresa porque los científicos cambien de idea, sino porque los que están aferrados a ideas equivocadas mueren y son reemplazados.
—Max Planck
Quien va al médico al menor síntoma de cualquier enfermedad sin importancia, no sólo acorta su vida al ingerir todo tipo de fármacos, sino que, al convertirse en esclavo de su cuerpo en vez de seguir siendo su dueño, pierde el dominio de sí mismo y deja de ser un hombre.
—Gandhi
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