En pocos campos se puede sentir tan orgullosa la medicina occidental como en el de la moderna traumatología, especialmente por lo que se refiere al tratamiento de los cada día más numerosos politraumatizados. Es interesante, pues, conocer qué procedimientos tradicionales siguen siendo considerados efectivos cuando ambas medicinas están disponibles. Es el caso de los ungüentos y hierbas para contusiones y quemaduras. En los esguinces musculares y distensiones ligamentosas, tratadas en occidente con una inmovilización que se prolonga semanas y a veces meses, la acupuntura, con los correspondientes ungüentos y hierbas, consigue una recuperación en cuestión de horas sino inmediata. (Veáse Acupuntura y medicina deportiva).
La dificultad principal para la recuperación mediante procedimientos naturales no estriba tanto en el grado de la lesión como en un tratamiento previo inadecuado. Las infiltraciones, especialmente de cortisona, dejan la zona sin vitalidad, dificultan la curación espontánea y encaminan al paciente hacia el quirófano.
Otro error muy común hoy día, hasta el punto de poder decir que es generalizado, consiste en la aplicación local de frío. El frío insensibiliza, disminuye la sensación de dolor, pero al mismo tiempo “enfría” el mal, que se hace más profundo y difícil de llevar.
En China, la reducción de las fracturas se ha beneficiado de las técnicas occidentales, pero la inmovilización tiende a ser más corta y la recuperación más rápida y satisfactoria gracias a la aplicación de las medidas terapéuticas tradicionales.
Por todo ello, puede afirmarse, generalizando, que los tratamientos tradicionales son competentes en las lesiones más comunes y un complemento de la moderna traumatología en los casos graves.