Nuestro gabinete está especializado en el tratamiento de las enfermedades con terapias altamente efectivas y sin efectos secundarios nocivos. Por ello, somos uno de los centros pioneros que, desde 1993, utiliza la ozonoterapia en nuestro país. En esta página encontrarán información sobre la acción del ozono en el organismo, así como sobre sus aplicaciones prácticas.
Preguntas frecuentes
El oxígeno es el motor de la vida
Sin oxígeno no hay vida. Podemos dejar de comer durante algunas semanas, podríamos pasar algunos días sin beber, pero moriríamos si dejáramos de respirar pocos minutos: estamos inmersos en un ambiente de oxígeno como peces en el agua.
La atmósfera contiene un 21% de oxígeno, que supone el 52% de la masa de la corteza terrestre. Asimismo, la mayor parte de los elementos de nuestro cuerpo (65%) son oxígeno, es decir, somos oxígeno.
Cada célula necesita oxígeno para su metabolismo. Si les falta, las células mueren, y cuando escasea, en vez de respirar, fermentan y degeneran.
La vida es cambio. A nivel atómico este cambio es un vaivén de oxígeno.
El oxígeno naciente
El ozono es oxígeno, que en vez de tener dos átomos de oxígeno tiene tres. El ozono medicinal (O3) se obtiene llevando el flujo de oxígeno (O2) por un arco voltaico. El ozono terapéutico es, pues, O2 con una pequeña cantidad de O3.
Químicamente el ozono es oxígeno, pero tiene unas propiedades físicas distintas. Los tres átomos de ozono determinan que sea un partícula muy inestable, que enseguida se convierte en un O2, liberando un átomo de O que tiende a combinarse con otro átomo de O para formar un nuevo O2, o bien con otros radicales libres. Así, el ozono se trasforma en pocos minutos en oxígeno desprendiendo un átomo de oxígeno in statu nascendi. La extraordinaria acción terapéutica del ozono médico es debida a este oxígeno naciente.
Germicida
Desde su descubrimiento, hace unos ciento cincuenta años, el ozono se ha aplicado para potabilizar el agua y, hoy por hoy, más de 3000 ciudades, entre ellas Los Angeles, Moscú o París (es decir, todas las ciudades que tienen agua corriente que parece brotar de un manantial) la purifican con ozono. Las aguas embotelladas son tratadas con ozono, ya que, además de purificarla, le da buen sabor.
Otra cualidad del ozono que pronto halló aplicación fue la de eliminar los malos olores. Precisamente para combatir los olores de las gangrenas y los tejidos putrefactos el ozono entró en los quirófanos. Fue así como el ozono empezó a eliminar gérmenes antes de que se descubrieran los microbios.
El hecho de que se utilice para purificar el agua de estanques y balsas sin contaminarla hace del ozono un elemento esencialmente saludable, con la ventaja que es el único germicida que no es nocivo para la vida animal.
El ozono es también la única substancia que es eficaz a la vez en las infecciones bacterianas, en las víricas i contra los hongos.
Bactericida
Destruye las bacterias, razón por la cual se utiliza para la limpieza de heridas desde la primera guerra mundial. Se aplica sobre todo externamente en heridas que no se curan, supuraciones, forúnculos, llagas, úlceras decúbito, pie de diabético, etc.
También es eficaz en las infecciones de la sangre, sepsis, endocarditis bacteriana, neumonías, tuberculosis.
Virucida
Destruye los virus; su aplicación es altamente eficaz en las infecciones virales, así como en los casos de hepatitis o herpes zóster/simples.
Fungicida
Es eficaz en los tratamientos contra los hongos de diferentes localizaciones: desde la persistente cándida vaginal al pie de atleta.
Aumenta el riego sanguíneo
El ozono tiene una acción directa sobre los glóbulos rojos, que se despegan cuando circulan apilados, con lo que aumenta su capacidad de transporte de oxígeno. Si se examina la sangre fresca antes y después de la aplicación de ozono, es posible observar como cambia a un color rojo claro, como los glóbulos rojos se han despegado y son mucho más brillantes. Produce un aumento de la superficie de intercambio.
Se aplica también para trastornos circulatorios del cerebro, el corazón y la periferia (brazos y piernas).
En enfermedades vasculares periféricas, gangrena y úlceras de las extremidades, el uso de ozono a ahorrado muchas amputaciones. El tratamiento para las gangrenas se realiza colocando la extremidad afectada dentro de una bolsa de plástico que se hincha con ozono. Éste penetra a través de la piel y la curación es tan rápida que a menudo el color pasa de negro a rosado durante el primer tratamiento.
El cerebro es especialmente sensible a la falta de O2, aunque solo representa el 2% del peso total del cuerpo consume un 20% de oxígeno. La falta de oxígeno en el cerebro suele originar una pérdida de memoria y dificultad de concentración, y es uno de los factores desencadenantes fundamentales de la senilidad.
Desintoxicante
La respiración, en su sentido más amplio, consta de tres fases: la primera es la incorporación del oxígeno a la sangre a nivel pulmonar, es decir, la respiración en el sentido más estricto; la segunda es la circulación de la sangre que lo conduce a todos los tejidos del cuerpo, para que no le falte a ninguna célula y, por último, que es la parte del proceso más descuidada, la eliminación de los residuos, de los restos de la combustión que, si no drenan, se acumulan y bloquean todo el proceso.
La capacidad depuradora del ozono es tan potente que se utiliza también para el tratamiento de las aguas residuales municipales. El ozono deshace las grasas, oxida las moléculas complejas y las degrada a compuestos más simples y fáciles de eliminar. El ozono trasforma las toxinas en dióxido de carbono y agua. También depura los metales pesados.
No hay que olvidar que, tal y como se puede observar en las balsas y estanques, su capacidad depuradora no sólo respeta sino que favorece los seres vivos.
Miscelánea
La acción depuradora, sumada a la germicida y a la estimulación de la circulación, confieren al oxígeno/ozono otras propiedades beneficiosas para la salud.
Estimula el tejido de granulación
Estimula la cicatrización de las heridas, que se curan más deprisa. Es especialmente útil para quemaduras graves y las llagas de la gente mayor.
Regula los compuestos de la sangre
- Grasas, lípidos: arterioesclerosis, colesterol
- Ácido úrico: gota
- Azúcar: diabetes mellitus
- Creatinina: enfermedades renales
- etc.
Calmante/sedante
En terapias de reumatismo. El añadido de oxígeno puede también explicar la acción del ozono en la ruptura del circulo vicioso de los dolores crónicos de la artrosis: dolor, contractura muscular, mala circulación, hipoxia y acumulación de detritos, degeneración de los tejidos, más dolor, más contractura y tumefacción. De un modo similar a como actúa la acupuntura, la mejora de la circulación propia del ozono invierte el mecanismo: menos contractura, desaparecen los cúmulos tóxicos, disminuyen el dolor y la inflamación, y la lesión tiende a minimizarse en la medida en que sea reversible. Por lo que a la función se refiere, que es lo que realmente importa, se recupera en un grado mucho mayor.
Inhibe la fermentación
Estimula el metabolismo del oxígeno, de ahí que las terapias para el cáncer sean inconcebibles, para muchos, sin la aplicación del ozono.
En general, su eficacia, tanto en las enfermedades infecciosas como en las degenerativas, se debe a algo más que a una buena oxigenación de la sangre. Oxigenando la sangre no se consiguen, ni de lejos, los mismos resultados. Una explicación bastante plausible de su funcionamiento podemos deducirla del modo en que la máquina consigue formar ozono a partir del oxígeno: llevando el oxígeno a través de un arco voltaico, igual que en la naturaleza es la energía del rayo la que produce ozono. El ozono es muy inestable, no se mantiene más que unos minutos, especialmente en ambientes húmedos, y se trasforma en oxígeno: la energía ni se crea ni se destruye. ¿Qué pasa entonces con la energía del arco voltaico? ¿No será esta energía la responsable de la potente acción terapéutica del ozono sobre el organismo?
El ozono medicinal se incluye en un flujo de oxígeno puro en una concentración muy pequeña (99,9 partes de oxígeno por 0,05 partes de ozono cuando es para uso interno). Hay una dosis óptima, que es la que consigue la máxima efectividad.
Hay diferentes formas de llevar el oxígeno activado al lugar necesario. Las más usuales son las siguientes:
- Aplicación directa en la piel por medio de una bolsa de plástico: gangrenas y quemaduras.
- Inyección subcutánea (por debajo de la piel): celulitis.
- Inyección intramuscular (en las nalgas): dolores reumáticos.
- Pequeña autohemoterapia: se extrae al paciente una pequeña cantidad de sangre -normalmente unos 10cc-, se ozonifica y se vuelve a inyectar inmediatamente vía intramuscular. Así se consigue una especie de auto-vacuna que provienen de las propias células. Es muy utilizada en los casos de cáncer.
- Autohemoterapia mayor:Conocida también como “depuración de la sangre”. Se extraen de 50 a 150cc. de sangre que, después de ozonificarla, se vuelve a inyectar a la vena. Es la forma de aplicación más común en el caso de enfermedades graves como la artritis, el herpes, el cáncer y las enfermedades cardíacas.
- Inyección indovenosa: Tiene un efecto más potente que la autohemoterapia mayor. Debe ser realizada muy despacio.
- Inyección intraarterial(en la arteria inguinal): en casos de obstrucción del flujo sanguíneo a lo largo de la arteria. Es un método de aplicación poco frecuente.
- Inyección intraarticular (en las articulaciones enfermas directamente).
- Aceite de oliva ozonificado: para aplicar sobre la piel, por ejemplo en los pies de atleta o infecciones vaginales, llagas, gingivitis, hemorroides y fístulas.
- Agua ozonificada: Para lavar heridas y quemaduras. Los dentistas la utilizan como desinfectante. Internamente se usa para tratar trastornos gástricos e intestinales.
- Insuflación del intestino:Es la forma más antigua de administración interna, pues empezó a practicarse por los años treinta. La mucosa intestinal absorbe el ozono y gran parte llega directamente al hígado y le ayuda en su función de desintoxicación. Es la vía de administración en el tratamiento de la colitis ulcerosa y otros trastornos intestinales.
- Inhalación. El ozono es demasiado fuerte para el delicado endotelio del pulmón. Es por eso que no puede ser inhalado. Por suerte, el fuerte olor que desprende avisa mucho antes de que llegue a concentraciones que pudieran ser perjudiciales.
El terapeuta decidirá cuál es la forma de aplicación más adecuada en cada caso.
El ozono no es una arma medicinal milagrosa. Si bien es un procedimiento terapéutico que consigue curaciones donde otras terapias han fallado, el ozono no es un curalotodo. El ozono no trasforma un octogenario en un adolescente, pero sí en un hombre activo y afirmativo, en correspondencia con su edad biológica gracias a la elevación de la pressión parcial de oxígeno.
Si en la ozonoterapia se siguen las instrucciones del arte médico – es decir, una diagnóstico acertado y la elección del método adecuado – los riesgos y los efectos secundarios son mínimos, cien veces inferiores a los procedimientos de los diagnósticos rutinarios, como por ejemplo, las radiografías.
Existe la posibilidad de una reacción alérgica, tal como hoy día se observa con la mayoría de los medicamentos.
El ozono es un oxidante potentísimo, y está claro que una oxidación incontrolada puede ser destructiva por el cuerpo. En manos expertas y prudentes, los riesgos son escasos y, en general, leves. En cien años, ni una defunción ha sido atribuida a un tratamiento de ozono.
Del mismo modo, su subproducto, lo que queda después de realizada la aplicación, es beneficioso: el oxígeno. Esto es lo que queda, en vez de los efectos secundarios, los males menores a los que nos tiene acostumbrados la farmacología. Las historias clínicas registran, como en el caso de la Medicina Tradicional China, efectos colaterales que son saludables:
- Aumento de la energía física
Mayor% de energía, fuerza muscular, tolerancia al ejercicio, flexibilidad, etc. - Aumento de la capacidad intelectual
Concentración mental, memoria, actitud positiva, estabilidad emocional. - Aumento del vigor sexual
Potencia sexual, duración de la erección - Mayor resistencia a las enfermedades comunes
El tratamiento de ozono merece una consideración para todos aquellos que dan prioridad a los tratamientos que no hacen daño. Este tratamiento se acerca al remedio ideal, que enlaza una gran efectividad a una casi absoluta inocuidad.
Es suficiente con tener una máquina que produzca ozono, pero a pesar de ser muy simple, la manipulación del ozono requiere tener cuidado con las concentraciones, las cantidades y las vías de administración: esta es la base.
La terapéutica de ozono puede potenciarse, además, con un cambio del régimen de vida, especialmente de la dietética. En los casos de enfermedades graves es muy conveniente un régimen a base de vegetales crudos y frutas, así como recorrer a medidas higienistas que tiendan a favorecer la eliminación de toxinas y la depuración de la sangre.
La terapéutica de ozono se complementa especialmente bien con la acupuntura energética. Es decir, el ozono actúa mejor en un organismo equilibrado energéticamente, y la acción de la acupuntura se potencia después de la administración de ozono. Si bien muchas veces puede parecer que la acupuntura da energía, lo que realmente hace es eliminar los impedimentos para que ésta circule. La aplicación de ozono supone un extra de energía que facilita su acción equilibradora.
Aunque los tratamientos de oxígeno y ozono son poco conocidos entre nosotros, es un procedimiento que se emplea desde hace muchos años en Alemania, donde más de 8000 terapeutas aplican regularmente el ozono en clínicas y dispensarios, y otros 7000 suministran oxígeno activado a sus pacientes en el resto de Europa, especialmente en Austria e Italia. Cuba y Rusia, países con un servicio de salud poco influenciado por el mercantilismo de la industria de la enfermedad, recurren a tratamientos de ozono también en medios hospitalarios como la mejor opción para gran parte de las enfermedades mencionadas, los resultados de los cuales están recogidos en una extensa bibliografía.
Contraindicaciones:
- Pacientes con hiperfunción de la tiroides.
- Hemofilia.
- Alérgicos al ozono.
- Hemorragias recientes.
- Enfermos tratados con anti-coagulantes (sintrom).